Has estado alguna vez a punto de tocar el cielo? Decía el eslogan de la película protagonizada por Mario Casas y María Valverde, a tres metros sobre el cielo. Una película que sirve de ejemplo para reflexionar sobre los mitos que giran en torno al amor romántico. No se vosotros, pero yo la verdad es que en mi día a día, en mi relación de pareja, no acostumbra a ser algo habitual y rutinario esto de tocar el cielo….y no tocar no, incluso sobrepasarlo…tres metros, nada más y nada menos.
Y es que la literatura y el cine romántico han contribuido a tener un concepto bastante equívoco e idealizado de lo que es el amor y de lo que uno/a debe sentir para afirmar que realmente está enamorado/a.
Se entiende por Amor romántico, un tipo de amor pasional, desenfrenado y loco que ciertamente no puede ser saludable por mucho tiempo. La fiebre en algún momento tendrá que bajar… pero en este tipo de amor no baja… no baja porqué es él… pura química….el amor de tu vida, el que te hace reír pero también te hace llorar. El que te conquista cada día dándote una de cal y otra de arena. Ese chico malote, guapo, deseado por todas las chicas del instituto… es él. Y por fin te vio. Se fijó en ti. Aunque tú, lejos de ser cómo él, eres lo que encaja con él. Dócil, humilde y sencilla. Te adaptas, y estas dispuesta a darlo todo por amor. A soportar carros y carretas…porqué él te hace vibrar…él te hace alcanzar el cielo.
Hay muchos mitos que giran en torno al Amor Romántico. Cuando hablo de mito, me refiero a un conjunto de creencias compartidas socialmente, aprendidas en cuentos, canciones, diferentes medios de comunicación, que no son verdaderas ni están validadas de ninguna manera, pero que están ahí y van pasando de generación en generación. Algunos de ellos los habéis visto relatados anteriormente. Uno es el mito de la omnipotencia. Creer que el amor puede con todo. Cualquier sacrificio es válido cuando se está realmente enamorado/a. No importa que el otro te haga sufrir, porqué eso es el amor…vibrar, sufrir. Otro mito es el de la media naranja. Tengo una media naranja, en algún rincón del mundo y cuando la encuentre seremos felices y comeremos perdices. Y cuando acaba el cuento que pasa? La realidad es que tú eres una naranja entera, y hay muchas otras naranjas con las que poder compartir tu vida. No necesitas ninguna mitad tuya para convertirte en alguien entero.
En las fotos adjuntas, encontrareis algunos más, de estos mitos. Espero que os sirvan de ayuda, ya que romper con algunas de estas creencias, puede hacer que veamos el amor desde una posición más real y sana y no tan idealizada y/o dañina.
Como decía Karina en su canción:
“No, no somos ni Romeo ni Julieta,
aquellos que murieron por su amor.
No, no somos ni Romeo ni Julieta
viviendo prisioneros del temor.”